¿Cómo hacer un análisis de riesgos?

Hablemos claro: cuando escuchas “análisis de riesgos” es fácil imaginarse un montón de tablas, cálculos y reuniones eternas... pero no tiene por qué ser así.
Hacer un análisis de riesgos es como adelantarte a los posibles problemas antes de que te exploten en la cara. ¿Te imaginas planear un viaje sin revisar si tu coche tiene gasolina o si el camino está lleno de baches? Pues esto es parecido.
Hoy te explico paso a paso cómo hacerlo, en lenguaje humano, para que lo apliques en tu trabajo, en tu negocio o incluso en tu vida personal si te animas.
1. Entiende el contexto
Antes de correr a buscar peligros, detente un momento a entender dónde estás parado:
- ¿Cuál es tu objetivo? ¿Qué estás tratando de proteger o lograr?
- ¿Qué podría influir desde afuera (leyes, clima, economía)?
- ¿Qué podría afectar desde adentro (tu equipo, procesos, herramientas)?
Esto te ayuda a saber en qué terreno estás jugando.
2. Identifica los riesgos
Ahora sí: ¡a buscar problemas!
Pregúntate:
¿Qué puede salir mal?
¿Qué pasaría si…?
¿Alguna vez ya nos pasó algo parecido?
Apunta todo lo que se te ocurra: desde errores humanos hasta fallos técnicos o desastres naturales. No hay respuestas tontas en esta fase.
Puedes usar herramientas como:
- Tormenta de ideas con tu equipo
- Revisar incidentes pasados
- Listas de chequeo
- Inspecciones o recorridos
3. Analiza el riesgo
Una vez tengas los riesgos sobre la mesa, toca analizar cada uno. Para esto necesitas responder dos preguntas mágicas:
- ¿Qué tan probable es que pase? (poco probable, posible, muy probable)
- ¿Qué tan grave sería si pasa? (daño leve, medio, catastrófico)
Cruza ambas respuestas y obtendrás el nivel de riesgo. Puedes usar una matriz de colores tipo semáforo: verde (aceptable), amarillo (moderado), rojo (grave).
4. Evalúa y prioriza
Ya sabes cuáles riesgos son más pesados. Ahora decide:
- ¿Cuáles debes atacar sí o sí?
- ¿Cuáles puedes aceptar?
- ¿A cuáles puedes hacerles seguimiento?
No todo requiere acción inmediata, pero los que están en rojo sí.
5. ¡Actúa! (Tratamiento del riesgo)
Para los riesgos importantes, define un plan de acción. Puedes:
- Eliminarlo (cambiar algo para que no exista)
- Reducirlo (poner controles, entrenamientos, cambios en procesos)
- Compartirlo (por ejemplo, contratando un seguro)
- Aceptar el riesgo (si no hay mucho que hacer y el impacto es bajo)
Asigna responsables y pon fechas. Porque si nadie lo hace… ya sabes cómo termina la historia.
6. Haz seguimiento
No basta con hacer el análisis una vez y olvidarte.
- Revisa si tus acciones están funcionando.
- Actualiza tu análisis si algo cambia (nuevo proyecto, nuevo equipo, nueva ley, etc.).
- Mejora tu sistema con lo que aprendes en el camino.
Conclusión
El análisis de riesgos no es solo para empresas grandes ni para auditorías. Es una forma de trabajar más inteligentemente, prevenir dolores de cabeza y tomar decisiones con más confianza.
Hazlo simple, involucra a tu equipo y conviértelo en parte de tu día a día. Porque prevenir siempre será más barato (y menos estresante) que apagar incendios.
Deja un comentario
Publicaciones relacionadas