SUSTANCIAS Y MEZCLAS QUE REACCIONAN ESPONTÁNEAMENTE (AUTORREACTIVAS)

Las sustancias y mezclas autorreactivas son compuestos químicos que presentan un comportamiento especialmente peligroso: pueden descomponerse de manera violenta y generar calor sin necesidad de estar en contacto con el aire u oxígeno.
Esta característica las convierte en un riesgo significativo durante su manipulación, almacenamiento y transporte.
Por esta razón es de gran importancia comprender su clasificación, propiedades y requisitos de etiquetado con el fin de y garantizar la seguridad de las personas y el entorno.
Exploraremos qué son, cómo se clasifican y qué medidas deben adoptarse para su correcta gestión.
- ¿Qué son las sustancias autorreactivas?
- ¿Qué significa "autorreactiva"?
- ¿Qué puede pasar con ellas?
- ¿Cómo se clasifican las sustancias autorreactivas?
- Tipos de sustancias o mezclas autorreactivas: del A al G
- ¿Cuándo debe controlarse la temperatura?
- Comunicación de peligros según el SGA
- Medidas de seguridad para manejar sustancias y mezclas que reaccionan espontáneamente
¿Qué son las sustancias autorreactivas?
Imagina que tienes una sustancia que puede comenzar a calentarse, descomponerse y liberar energía por sí sola... sin necesidad de oxígeno ni una chispa externa. ¿Peligroso, verdad? Pues eso es exactamente lo que ocurre con las sustancias autorreactivas, también conocidas como sustancias que reaccionan espontáneamente.
¿Qué significa "autorreactiva"?
Según el Sistema Globalmente Armonizado (SGA), estas sustancias son térmicamente inestables. Esto quiere decir que si alcanzan ciertas temperaturas, pueden descomponerse violentamente por sí solas, sin necesidad de aire ni combustión externa.
No estamos hablando de cualquier sustancia peligrosa. Las autorreactivas no son explosivos, ni peróxidos orgánicos, ni comburentes típicos. Son una clase aparte... y muy particular.
¿Qué puede pasar con ellas?
En el laboratorio, si una sustancia autorreactiva detona, deflagra (una especie de explosión más lenta) o reacciona violentamente al calentarse en un espacio cerrado, entonces estamos ante un comportamiento explosivo. Aunque no sean clasificadas como explosivos, pueden tener efectos similares bajo ciertas condiciones.
¿Cómo se clasifican las sustancias autorreactivas?
El SGA establece criterios muy claros para saber cuándo una sustancia debe etiquetarse como autorreactiva. Veamos los principales filtros.
Una sustancia o mezcla debe clasificarse como autorractiva solo si no cumple con estas condiciones:
- No es un explosivo (según el capítulo 2.1 del SGA).
- No es un comburente clásico (capítulos 2.13 o 2.14).
- No es un peróxido orgánico (capítulo 2.15).
- Tiene menos de 300 J/g de calor de descomposición.
- Su temperatura de descomposición autoacelerada (TDAA) es mayor a 75 °C en un bulto de 50 kg.
Si no cumple ninguna de estas excepciones, se considera una sustancia o mezcla que reacciona espontáneamente (autorreactiva).
Tipos de sustancias o mezclas autorreactivas: del A al G
Para entender qué tan peligrosa puede ser una sustancia autorreactiva, el SGA las divide en siete tipos (de la A a la G). Cada una tiene características distintas, que te explico de forma sencilla a continuación:
Tipo A: La más peligrosa
Puede detonar o deflagrar rápidamente dentro de su envase.
Tipo B: Casi explosiva
No detona ni deflagra rápido, pero puede explotar térmicamente dentro del envase. Sigue siendo muy peligrosa.
Tipo C: Con características explosivas
No explota térmicamente, pero comparte comportamientos peligrosos con los explosivos.
Tipo D: Reacción moderada
Puede tener alguno de estos comportamientos:
- Detona parcialmente.
- Deflagra lentamente.
- Reacciona de forma moderada al calentarse en un espacio limitado.
Tipo E: Reacción débil
No detona ni deflagra, pero reacciona muy débilmente o casi nada al calentarse.
Tipo F: Reacción mínima y poca potencia
No detona ni deflagra y apenas reacciona al calentarse. Tiene muy baja potencia de explosión.
Tipo G: La más estable
Solo se clasifica como autorreactiva si:
- Es térmicamente estable entre 60 y 75 °C.
- Si es líquida, el diluyente tiene un punto de ebullición mayor o igual a 150 °C.
¿Cuándo debe controlarse la temperatura?
Las sustancias autorreactivas requieren regulación de temperatura si su TDAA es igual o inferior a 55 °C.
Esto significa que en condiciones normales de almacenamiento, ya podrían estar en riesgo de descomponerse. El ensayo para determinar esto considera el tamaño y tipo del recipiente, y debe realizarse según el Manual de Pruebas y Criterios de la ONU.
Comunicación de peligros según el SGA
Las sustancias autorreactivas deben llevar etiquetas específicas según su tipo. En el Sistema Globalmente Armonizado se establecen los elementos que deben llevar estas para la correcta comunicación de peligros.
Elementos de comunicación del peligro (Tabla 2.8.1 del SGA)
Importante: Aunque el Tipo G no tenga pictogramas obligatorios, no significa que sea completamente seguro; debe evaluarse si tiene otros peligros.
Medidas de seguridad para manejar sustancias y mezclas que reaccionan espontáneamente
Manejar sustancias y mezclas autorreactivas requiere una combinación de conocimientos técnicos, protocolos estrictos y condiciones controladas.
Dado que estas sustancias pueden descomponerse de manera violenta incluso sin oxígeno, su manipulación segura depende de evitar cualquier condición que desencadene su inestabilidad térmica.
A continuación, se presentan algunas medidas para su gestión segura:
1. Almacenamiento controlado
- Temperatura regulada: Estas sustancias deben almacenarse en lugares frescos, con sistemas de refrigeración si es necesario, especialmente si su temperatura de descomposición autoacelerada (TDAA) es igual o inferior a 55 °C.
- Aislamiento térmico: Evitar fuentes de calor cercanas como luz solar directa, motores o equipos eléctricos que puedan elevar la temperatura del entorno.
- Separación adecuada: Almacenar lejos de sustancias incompatibles como oxidantes, ácidos, bases o materiales combustibles, para evitar reacciones no deseadas.
2. Transporte seguro
- Embalajes adecuados: Usar envases homologados que resistan presión y calor, y que estén diseñados para contener sustancias reactivas sin riesgo de ruptura o filtración.
- Etiquetado claro: Los bultos deben llevar los símbolos del SGA correspondientes (bomba explotando, llama, etc.) y las advertencias específicas del tipo de sustancia (por ejemplo, “Puede explotar al calentarse”).
- Documentación al día: Asegurarse de que cada envío incluya la hoja de datos de seguridad (HDS) actualizada, con todas las precauciones necesarias durante el transporte.
3. Manipulación en condiciones seguras
- Capacitación del personal: Solo personal capacitado debe manipular estas sustancias, con pleno conocimiento de sus riesgos y protocolos de emergencia.
- Evitar fricción, golpes o agitación: Algunas sustancias autorreactivas pueden detonar por impacto o fricción, por lo que se debe manipular con extrema suavidad y utilizando herramientas antichispas si es necesario.
- Ventilación adecuada: Realizar operaciones en zonas bien ventiladas o con sistemas de extracción localizada para prevenir acumulación de vapores peligrosos.
4. Monitoreo y control de riesgos
- Supervisión de temperatura: Utilizar sensores de temperatura y sistemas de alarma para detectar cualquier aumento sospechoso en el almacenamiento.
- Inspecciones regulares: Verificar periódicamente el estado de los envases, los niveles de reactividad y las condiciones del lugar de almacenamiento.
- Evaluación de estabilidad: En el caso de mezclas, comprobar periódicamente si siguen cumpliendo las condiciones de estabilidad, especialmente si han pasado por cambios en la formulación o en el entorno.
5. Equipos de protección y respuesta ante emergencias
- Equipos de protección personal (EPP): Utilizar guantes resistentes a productos químicos, gafas de seguridad, bata de laboratorio o ropa ignífuga y, en algunos casos, protección respiratoria.
- Planes de emergencia: Tener protocolos definidos en caso de fuga, incendio o descomposición violenta, incluyendo rutas de evacuación, equipos contra incendios especiales y medios de neutralización.
- Extintores adecuados: No todos los extintores funcionan para este tipo de sustancias. Debe disponerse de agentes extintores compatibles según la naturaleza del producto.
En resumen, el manejo seguro de sustancias y mezclas que reaccionan espontáneamente (autorreactivas) requiere planificación rigurosa, vigilancia constante y respeto estricto a las normas de seguridad. Aunque su comportamiento puede parecer impredecible, el conocimiento técnico y las buenas prácticas hacen posible prevenir reacciones peligrosas y garantizar un entorno seguro para todos.
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